Una residente de Chelyabinsk, una niña de siete años llamada Almena, desde temprana edad se dio cuenta de lo importante que es cuidar a las personas que la rodean. Además, no solo se trata de miembros de la familia, sino también de extraños, parecería personas.
Hoy, Almena, con el apoyo de su madre y su hermana mayor, cultiva plántulas de varias flores y cultivos.
Sin embargo, la niña no planta las plántulas en su patio, sino que las vende a través de anuncios en las redes sociales. Almena gasta dinero en la venta de plántulas para las necesidades de pacientes con cáncer en su ciudad.
Cabe señalar que hace unos años la niña se enfermó gravemente: los médicos le diagnosticaron un trastorno del cuerpo potencialmente mortal. Para exámenes adicionales, así como para el tratamiento de Almen, se requerían importantes recursos financieros que la familia de la niña de Chelyabinsk no tenía.
La madre de Alma quería buscar ayuda de representantes de fundaciones especiales y organizaciones públicas, pero como resultado, la familia, sin embargo, costó principalmente por su cuenta. Y una ayuda importante en este caso fue el cultivo de plántulas de cultivos como pimientos, tomates, repollo, pepinos, así como flores, violetas e iris.
Según Almena, ella también trató de ganar dinero haciendo botas de fieltro, pero la idea fue un fracaso. Pero la venta de plántulas comenzó a generar ingresos tangibles.
Y hoy, la familia gasta parte de los ingresos de la venta de brotes en el tratamiento de Almen. Y la otra parte va a comprar juguetes y golosinas para pacientes jóvenes con dolencias graves y difíciles de tratar.